Hoy en día los padres no centran, especialmente su atención en este tema, y resulta, incluso algo llamativo el plantearlo por haber pasado a un segundo plano desde hace ya tiempo. Pero cada vez más, la sociedad está demandando unos buenos modales por carecer muchos de los jóvenes actuales de ellos.
Actualmente, se da prioridad al desarrollo cognitivo
antes que al comportamental. Tener un hijo inteligente está, en muchos casos,
por encima de los buenos modales. Muchos jóvenes son incapaces en pararse a
pensar en los demás, siendo su yo su única prioridad. Algunos saludan o dan las
gracias y, en estos casos, nos asombramos porque ha sido educado, cuando en
realidad eso es lo que debería ser lo habitual.
La situación a la que hemos llegado, hoy en día, viene motivada
porque actualmente se consideran los buenos modales simplemente como un
protocolo, un modelo a seguir. Pero es mucho más que eso, a través de ellos
mostramos respeto hacia los demás. Por eso, los hijos tienen que aprender a
hacer las cosas bien hechas, no sólo para respetar a los demás, sino también y
muy fundamental, para respetarse a ellos mismos.
Muchos niños tratan mal e irrespetan a sus padres, inclusive a
los abuelos. Esto es algo que no
se puede permitir. Nunca se debe faltar el respeto a una persona y mucho menos
a los padres o abuelos. No hay excusa. Nada lo justifica. Por eso, es tan
importante centrar la atención en que los buenos modales, va más allá de un
protocolo o la imagen que se da de uno mismo, es también, el modo en que se
aprende a tratar las relaciones afectivas.
A partir de los dos años los niños necesitan límites, saben lo que
es y no adecuado en su relación con los demás. Es una edad excelente para
iniciarles en las normas de cortesía, sin ser demasiado exigentes. Por lo tanto
desde que son pequeños hay que educar a
los hijos en los buenos modales.
Las claves para que nuestros hijos integren los buenos modales y
el respeto a los demás como algo propio son dar ejemplo, respetar al
niño, explicarle las cosas y ser conscientes de que educar requiere dedicación y tiempo. Para ello, los padres deben
servirles de modelo y un ejemplo a seguir. Para que los niños sean
capaces de portarse bien es muy
importante explicarles en qué consiste el portarse bien. Deben saber qué se espera de ellos y qué se les está pidiendo.
Algunos ejemplos de los
buenos modales que se les debe enseñar a los hijos, sobre todo en lo que se refiere al respeto a los demás, son los
siguientes:
· No gritar ni chillar y siempre intentar sonreír.
· Decir las cosas buenas de los demás, no las malas y menos delante de otros.
· Evitar las palabras malsonantes y ofensivas a los demás.
· Saber escuchar. No interrumpir cuando otros están hablando.
· Valorar el trabajo de los demás.
· Saludar al entrar o salir de un recinto.
· Dejar pasar o salir antes de entrar a algún lugar. Ceder el asiento a las personas que puedan necesitarlo.
· Dejar las cosas en orden, tanto en casa como en el colegio.
Todo esto requiere paciencia y tiempo y sobre todo dedicación. Es algo que hay que ir trabajándolo con los años para hacerles conscientes de las necesidades de los demás y lograr que sean educados y respetuosos.
· No gritar ni chillar y siempre intentar sonreír.
· Decir las cosas buenas de los demás, no las malas y menos delante de otros.
· Evitar las palabras malsonantes y ofensivas a los demás.
· Saber escuchar. No interrumpir cuando otros están hablando.
· Valorar el trabajo de los demás.
· Saludar al entrar o salir de un recinto.
· Dejar pasar o salir antes de entrar a algún lugar. Ceder el asiento a las personas que puedan necesitarlo.
· Dejar las cosas en orden, tanto en casa como en el colegio.
Todo esto requiere paciencia y tiempo y sobre todo dedicación. Es algo que hay que ir trabajándolo con los años para hacerles conscientes de las necesidades de los demás y lograr que sean educados y respetuosos.
Las normas de convivencia
no llueven del cielo: los padres tienen que enseñarlas...
Adaptado
de: Serpadre.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario