lunes, 28 de mayo de 2018

Artículo: ¿Cómo ayudar a los adolescentes a gestionar sus emociones?



La adolescencia es una etapa de cambio en la que el niño sale de un mundo de protección para dirigirse a un futuro incierto. Para Nano López, coach especializado en pre-adolescencia y adolescencia, se hace fundamental identificar, aceptar y encauzar emociones, tareas en las que los padres deben ejercer una labor de apoyo y acompañamiento.
Convertirse en adulto puede ser un camino de espinas. Sin darnos cuenta, vamos evolucionando hacia el futuro y en muchísimas ocasiones no nos paramos a reflexionar o a hacer un descanso para saber hacia dónde nos dirigimos.
Dentro de este camino, la adolescencia es una etapa marcada por los cambios en la que salimos de un mundo de protección hacia un destino que ni siquiera nosotros mismos sabemos cuál es. Por ello, una de las bases más importantes para controlar esos cambios, esa ebullición hormonal, es aprender a gestionar nuestras propias emociones.
Por defecto se considera que tenemos cuatro emociones básicas: ira, miedo, alegría y tristeza que, según los estudios realizados por Darwin sobre los actos de expresión de los seres humanos, son comunes e independientes de los orígenes culturales.
Lo que es importante saber es que estas emociones nos sirven para dirigir nuestras vidas y todas tienen una función importante en nuestro desarrollo. Por ejemplo, la ira, considerada por lo general como una emoción 'mala', puede servirnos para adaptarnos y proteger lo que consideramos que es nuestro. ¿Es bueno sentir ira? La respuesta es que depende de cómo actuemos con respecto a ella.
La búsqueda del equilibrio
Como padres no nos damos cuenta que somos los principales “programadores” del software de nuestros hijos; una gran responsabilidad a la que muchas veces no damos valor.
La adolescencia es, en este sentido, la etapa ideal para acompañarlos en ese desarrollo emocional, para lo cual es fundamental no olvidarnos de poner el foco en ellos y no en nosotros.

Durante esta etapa, los adolescentes comienzan a afianzar muchos hábitos de futuro, por lo que tenemos que hacer que sean ellos mismos los que tomen conciencia de sus propias emociones y de cómo las viven.

Expresar, aceptar y orientar sentimientos y emociones
La herramienta más importante en este sentido es tomar conciencia de la relación que existe entre la emoción, su gestión y el comportamiento.  En ese sentido, hay que enseñar a nuestros hijos a generar estrategias para aprender a expresar sus emociones tal y como las sienten. Haciéndolo, los jóvenes lograrán comprender su estado emocional y aceptar que los sentimientos y emociones deben ser “regulados” para crear una estabilidad emocional que los ayude a prevenir estados negativos y, así, conseguir objetivos con mayor claridad.

Fuente: www.serpadres.es



lunes, 21 de mayo de 2018

Artículo: El exceso de presión sobre el niño merma su autoestima.


A veces como padres exigimos demasiado a nuestros hijos, por lo que podemos provocarles demasiada presión, estrés y un descenso de la autoestima.

Exámenes, actividades extraescolares, idiomas...
¿Pedimos demasiado a nuestros hijos?
¿Puede frustrarnos que no se cumplan las expectativas que ponemos en ellos?

Mar Milla Sánchez, miembro de Saluspot, psicóloga y terapeuta, aborda en esta entrevista hasta qué punto las exigencias de los padres se convierten en un factor de presión para los niños y qué problemas pueden provocar en su desarrollo.
¿Qué signos indican que los niños están sometidos a demasiada presión?
Los padres conocen mejor que nadie a sus hijos, pero a veces en la organización de sus días y en su educación priorizan el beneficio futuro frente al bienestar actual, sin darse cuenta de que del segundo deriva el primero. Los niños finalizan el día cansados y en ocasiones podríamos incluso aplicar el término de “estresados”: los niños dejan de disfrutar de las actividades para realizarlas como una rutina impuesta y aceptada. 
¿Cómo afecta al bienestar mental de los niños que se pongan demasiadas expectativas en ellos?
Como a cualquier adulto, nos genera ansiedad que una persona importante nos haga ver que espera mucho de nosotros. La ansiedad en muchas personas resulta estimulante y hace que sus recursos funcionen a la perfección, pero para otras esta ansiedad resulta negativa ya que limita y bloquea sus potencialidades.
¿Un exceso de expectativas puede crear el efecto contrario, que el niño se paralice?
Un exceso de presión puede hacer que el niño no dé lo mejor de sí o no desarrolle todo su potencial. Esto no solo le perjudica en el presente sino que también merma su autoestima y perjudica el desarrollo positivo de su autoconcepto, por lo que en el futuro, cuando se enfrente a otros retos, su ejecución pueda estar condicionada por fracasos anteriores.
¿Cómo afecta a los padres no ver cumplidas todas las expectativas que ponen en sus hijos?
Partamos de un hecho: el deseo de todo padre y toda madre es el bienestar presente y futuro de sus hijos, por lo que más pronto que tarde reconocen y aceptan que sus hijos tengan sus propios deseos y expectativas.
¿Qué consejos da a los padres para que no exijan a sus hijos más de lo razonable?
  1. Interésate por conocer los deseos y gustos de tu hijo o hija. Para ello debes compartir todo el tiempo que puedas con él.
  2. Planifica sus actividades de acuerdo con él o ella.
  3. Cuando planifiques, reserva un tiempo para el ocio y el juego.
  4. Refuerza cada pequeño logro o esfuerzo.
  5. Demuéstrale y dile que lo valoras por encima de lo que pueda hacer o conseguir.


Tomado de: Serpadres.es



lunes, 14 de mayo de 2018

Artículo: Ser mujer, hija, pareja, madre y trabajadora... y no morir en el intento


















Para las mujeres, en la actualidad, existen otros intereses que van más allá de la maternidad como por ejemplo el trabajo, el desarrollo de una carrera profesional, los estudios o los hobbies, y las mujeres estamos comenzando a darnos cuenta que, si bien la maternidad deseada puede hacernos muy felices, no necesariamente es lo único a lo que queremos dedicarnos.

Por este motivo, estos roles entran en conflicto, generando poco a poco un cambio de modelo de madre y de mujer, que cuenta con el desafío añadido de encontrar nuestra propia manera de “ser madre y ser mujer”.

Finalmente levantarse de la cama después de haber alargado la alarma del despertador por 10 minutos más, darse una ducha rápida, despertar a los niños con dulzura para que comiencen el día de buen humor, luchar con su desayuno, llevarlos al colegio, llegar a tiempo al trabajo, atender las tareas del día más la cantidad de e- mails recibidos, almorzar, asistir a una reunión en el trabajo, salir corriendo por los niños, comprar y llevarle a la abuela la medicina que le han recetado, ir al supermercado, subir y arreglar las compras, dedicarse a los quehaceres del hogar, preparar la cena, acostar a los niños, conversar y compartir con la pareja y luchar para que, por fin sentados en el sofá, no se cierren los ojos al ver una nueva en la TV que les gusta. ¿Te parece familiar?

Seguro que este día, como otro cualquiera, le es familiar a muchas mujeres.

Las prisas y el estrés que supone ser mujer, hija, esposa, madre y trabajadora es un verdadero reto diario. La cuestión no es sólo que la sociedad exige cada vez más, es que las mujeres somos cada vez más exigentes con nosotras mismas, una situación que nos puede llevar al colapso y afectar nuestra salud.

Para no llegar a estos extremos, María Sánchez-Arjona, presidenta de la Fundación Mashumano en España, recomienda que toda mujer haga un stop y reflexione: ¿dónde estoy?, ¿qué es lo que quiero?, ¿soy feliz con mi ritmo de vida?... Es imprescindible, además, aprender a renunciar a algo “porque no se puede llegar a todo”, asegura. “Hay que ser realistas con el tiempo y es mejor no intentar llegar a realizar todo a costa de la salud, sino descartar aquello que sepamos que no es tan imprescindible o buscar distintas alternativas  para lograrlas”.
Mercedes Cano, coach especializada en Empoderamiento femenino e Igualdad de Género, recomienda que aunque en principio pueda parecer imposible, hay que sacar un rato cada día para una misma. Deporte, pasear, quedar con amigas, ver TV o sentarte unos minutos en un lugar tranquilo y escuchar música. “Por breve que sea, dedícatelo. Tienes poco tiempo, pero ese tiempo que tienes debe ser para ti. Cuídate, mímate y dedícate unos minutos al día, aunque sólo sean 15 o 20 al día”.
Por su parte, Luisa Izquierdo, directora de Recursos Humanos de Microsoft, se siente madre, profesional y «Luisa» las 24 horas del día.
Asume que no se puede llegar a todo lo que quisiera “porque las mujeres nos exigimos mucho. A veces somos nuestro propio enemigo”.
Antes me castigaba a mí misma cuando al acabar el día pensaba que había dejado cosas sin terminar, pero he aprendido a pensar en positivo, a relajarme y pensar que mañana lo podré finalizar. Es muy importante saber planificarse según sean de importantes las tareas de casa o el trabajo. También hay que atreverse a pedir ayuda a los demás sin complejos. “Reconozco que es difícil encontrar un rato para una misma, pero hay que hacerlo y no sentirse culpable por ello".

Para nosotras las mujeres, la vida es compleja, queremos ser la mejor hija, madre y esposa además de una excelente hermana, amiga y profesional.  Y a veces simplemente no podemos.  Algunos meses somos mejores en una cosa y otros mejores en otras. A veces nos concentramos tanto en hacer felices a todo el mundo que nos olvidamos de nosotras y cuando nos miramos al espejo estamos cansadas y desaliñadas.  Por eso no podemos ni debemos olvidarnos de nosotras, de la mujer que somos, pues esa es nuestra esencia, debemos aprender a ser la mejor para nosotras mismas,  aceptar que no podemos ser las mejores en todo y dejar de exigirnos tanto.

No hay pila que dure eternamente, así que recárgate porque obviamente aunque deseas atender todo a la perfección siempre, simplemente llegará el día en que tus fuerzas se agotarán. Recuerda que tienes muchos roles, pero antes que nada eres mujer.

Una mujer feliz es una buena madre, pareja, hija, hermana, amiga y trabajadora.


Basado en: abc.es, guioteca.com, vix.com, guiainfantil.com