Hay
padres que ejercen su paternidad o maternidad de diferentes formas. Los
clásicamente denominados autoritarios, aquellos de estilo laissez
affaire, los de estilo democrático…pero existen también aquellos que
“viven por y para sus hijos”, “sacrificados”, necesitan ser necesitados…Los
resultados de una figura materna o paterna sobreprotectora y sufridora se
concretan en hijos dependientes, con baja autoestima
Existen
varios perfiles de padres tóxicos:
1.- Padres autoritarios y
descalificadores que actúan desde el “yo exijo”:
Crean hijos sumisos y
excesivamente complacientes. Los hijos repiten ese patrón de vínculo y lo
trasladan a otras figuras de autoridad (profesores, jefes, sus maridos) con los
que repetirán la misma forma de relacionarse, es decir, desde la sumisión. Como
adultas, serán mujeres en extremo complacientes incluso obviando sus propias
necesidades.
2.- Padres
culpabilizadores que actúan no desde el "yo exijo" sino desde el
"yo te suplico":
Es decir, que actúan
desde el chantaje sentimental, para que sus hijos tomen determinadas decisiones
y continúen respondiendo a sus requerimientos. En el futuro sus hijos tendrán
conflictos con sus parejas debido a la intromisión periódica de estas madres en
sus vidas, y les será muy difícil crear vínculos afectivos estables.
3.- Padres de
Pulgarcita: Estas son las mamás
intrusivas y sobreprotectoras que se niegan a que su hijo crezca:
En lugar de acompañar su
desarrollo, están constantemente supervisándolos, espían su cuenta de correo o
de redes sociales, se hacen “compinches” de sus amigos y suelen generar en sus
hijos e hijas un sentimiento de inferioridad que los acompaña hasta la edad
adulta .
4.- Padrastros de
Blancanieves:
Madres competitivas
respecto a sus hijas, que se visten como ellas e intentan incluso seducir a sus
amigos. La hija suele desarrollar problemas de peso y se convierte en una chica
muy tímida en un intento inconsciente de satisfacer a la madre y no brillar más
que ella y déspota. Cree que sus hijos le deben todo cuánto son y exige que
estén a su servicio.
Debemos
concientizar que ser padre y madre no sólo significa engendrar un hijo, sino
que también tiene que ver con la entrega de herramientas claves para enfrentar
el mundo. Los padres tóxicos(incluyendo a padres, abuelos, madres o cuidadores) lejos de
fomentar una madurez personal y una seguridad en sus hijos con la cual, poder
crecer sanamente en al mundo, no hacen más que anclar pesadas cadenas vetando
por completo la independencia física y emocional de esa persona.
Los
niños de padres tóxicos, explica la psicóloga norteamericana Susan Forward quien parece que
acuñó el término en su libro 'Padres que odian', serán adultos con baja autoestima, inseguros, sumisos y emocionalmente
inestables.
Puede
que esto nos llame la atención, pero detrás del comportamiento de un padre tóxico, está el amor. Todos sabemos que a la hora de
hablar del amor, existen dos caras de una misma moneda: está esa dimensión
capaz de propiciar el crecimiento personal de la persona, ya sea a nivel de
pareja o familiar, y a su vez, está también ese lado más tóxico donde se
ejerce un amor egoísta e interesado, a veces hasta asfixiante, que puede ser
completamente destructivo.
Adaptado de Serpadres.es
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