lunes, 21 de septiembre de 2015

Artículo: DECÁLOGO PARA UNA INFANCIA FELIZ


Nos ha encantado este decálogo para una infancia feliz publicado por Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) para disfrutar de la crianza de tu hijo.

1.  Demuestra siempre a tu hijo lo importante que es para tí. Exprésale tu amor incondicional a cualquier edad con palabras, sonrisas y gestos: besos, abrazos, caricias,...
2. Cuida de su salud y ayúdale a crecer sano. Tú eres su modelo. Enséñale estilos de vida saludables en alimentación, actividad física, sueño, higiene y también de cómo vivir sus emociones. Usa el sentido del humor.
3. Dedícale tiempo a diario. Juega y disfruta con él, sin dirigir mucho sus gustos o preferencias. Procura que tenga tiempo libre, a su estilo. Disfruten juntos de la naturaleza.
4. No hace falta acumular cosas materiales. El tiempo que le dediques, la educación y los valores que le trasmitas serán tu mejor herencia.
5. Educa con cariño. Elogia lo que hace bien y también los esfuerzos por intentarlo. Ponle normas que pueda y deba cumplir: pocas, claras y adaptadas a cada edad. Enséñale lo que está mal, sin violencia, castigo ni humillación.
6. Estimula y apoya su aprendizaje. Fomenta su autonomía desde pequeño para las actividades cotidianas, como vestirse, lavarse o comer. No le des todo hecho. Es bueno que poco a poco vaya teniendo sus responsabilidades.
7. Escucha y dialoga con tu hijo desde pequeño. Muestra interés por su mundo, adáptate a los cambios normales de cada edad y acéptalo y valóralo como es: único y diferente a los demás.
8. Trasmítele seguridad, tranquilidad, confianza. No fomentes miedos artificiales, apóyale y ayúdale a entender sus propias emociones. Así fortalecerá su autoestima, su motivación y capacidades.
9. Déjale ser niño. No le hagas partícipe antes de tiempo de las preocupaciones de los adultos. Pero no le ocultes los hechos importantes de la vida. Enséñale y ayúdale a entender que la enfermedad, el dolor o la muerte existen y forman parte de la vida.
10. Favorece las relaciones con la familia y los amigos. Lo acompañarán a lo largo de su vida. Ayúdale a ponerse en el lugar de los otros. Aprenderá a convivir y a amar.


Tomado de: serpadres.es

lunes, 7 de septiembre de 2015

Artículo: LA FAMILIA EDUCA Y EL COLEGIO APOYA



Frente a la formación humana de los hijos, ¿qué debe hacer el colegio y qué debe hacer la familia?  La respuesta correcta sería: la familia hace todo y el colegio la acompaña en el proceso educativo. Delegar la función paterna al colegio o cualquier otra institución, es un error.

Las quejas más frecuentes de los profesores se centran en que los padres delegan de forma excesiva la educación de sus hijos en el colegio; sostienen que les falta autoridad e incluso piensan que algunos progenitores se muestran un tanto despreocupados, quizás por esa misma actitud.

Asumir la responsabilidad de ser padres
Si bien es importante elegir un colegio que comparta los valores y el pensamiento de la familia, no quiere decir que la tarea de educar a los hijos sea del colegio.

La escuela apoya la labor de los padres e incluso la puede reforzar, pero nunca suplantar.

“La educación en su sentido más amplio se recibe en casa y es responsabilidad de los padres. Aún cuando el sistema educativo sea el óptimo para la formación académica del niño, al colegio no se le puede pedir más de lo que pueda dar.

Las formas de analizar el mundo y comportarse, las normas de convivencia, urbanidad y buenos modales, los valores morales y los principios básicos como persona, sólo pueden aportarlos los padres” Explica el Dr. Francisco Kovacs en un artículo de Sontushijos.org.
Asimismo, Leopoldo Abadía, autor del libro "36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien", coincide con esta idea del Dr. Kovacs y dice textualmente:

“La educación comienza en casa. Los colegios son meros colaboradores en la tarea educativa de los padres”.

Por eso es incorrecto lanzar culpas a las escuelas por los comportamientos inadecuados de los hijos, pues la batuta la llevan los progenitores. Asumir su responsabilidad, también significa reconocer omisiones y equivocaciones.

Familia y colegio: un buen matrimonio
Está demostrado que un trabajo conjunto entre la familia y la escuela, beneficia a los hijos, tanto en su rendimiento académico como personal. La docente y psicóloga especialista en educación, Neva Milicic, explica que esta buena relación se traduce en beneficios para los hijos:
“Pareciera que cuando padres y profesores logran una comunicación fluida y valorarse mutuamente, se alcanzan mayores niveles de cercanía afectiva y de apego de todos al sistema escolar y ambos se validan como autoridad. Cuando sucede a la inversa, los conflictos pueden constituir una verdadera pesadilla, donde si bien el más perjudicado es el alumno, se genera una fuente de tensión y malestar también para padres y profesores.”
Es necesario además, que los padres hagan respetar la autoridad de los profesores y valoren la educación escolar; las críticas adversas delante de los hijos, no logran sino desmotivarlos y alimentarles una idea negativa del plantel educativo.

“La educación de los niños es una tarea compartida entre padres y profesores. Mientras más respetuosa y cercana sea la relación entre ambos, más positiva será su incidencia en el aprendizaje y en el desarrollo de los niños.”  Neva Milicic.

Adaptado de:LaFamilia.info