Frente a la formación humana de los
hijos, ¿qué debe hacer el colegio y qué debe hacer la familia? La respuesta correcta sería: la familia hace
todo y el colegio la acompaña en el proceso educativo. Delegar la
función paterna al colegio o cualquier otra institución, es un error.
Las quejas más frecuentes de los profesores se centran en que los
padres delegan de forma excesiva la educación de sus hijos en el colegio;
sostienen que les falta autoridad e incluso piensan que algunos progenitores se
muestran un tanto despreocupados, quizás por esa misma actitud.
Asumir la responsabilidad de ser
padres
Si bien es importante elegir un colegio que comparta los valores y el
pensamiento de la familia, no quiere decir que la tarea de educar a los hijos
sea del colegio.
La
escuela apoya la labor de los padres e incluso la puede reforzar, pero nunca
suplantar.
“La educación en su sentido más amplio se recibe en casa y es
responsabilidad de los padres. Aún cuando el sistema educativo sea el óptimo
para la formación académica del niño, al colegio no se le puede pedir más de lo
que pueda dar.
Las formas de analizar el mundo y comportarse, las normas de
convivencia, urbanidad y buenos modales, los valores morales y los principios
básicos como persona, sólo pueden aportarlos los padres” Explica el Dr.
Francisco Kovacs en un artículo de Sontushijos.org.
Asimismo, Leopoldo Abadía, autor del libro "36 cosas que hay que
hacer para que una familia funcione bien", coincide con esta idea del Dr.
Kovacs y dice textualmente:
“La educación comienza en casa.
Los colegios son meros colaboradores en la tarea educativa de los padres”.
Familia y colegio: un buen
matrimonio
Está demostrado que un trabajo conjunto entre la familia y la
escuela, beneficia a los hijos, tanto en su rendimiento académico como
personal. La docente y psicóloga especialista en educación, Neva Milicic,
explica que esta buena relación se traduce en beneficios para los hijos:
“Pareciera que cuando padres y profesores logran una comunicación fluida
y valorarse mutuamente, se alcanzan mayores niveles de cercanía afectiva y de
apego de todos al sistema escolar y ambos se validan como autoridad. Cuando
sucede a la inversa, los conflictos pueden constituir una verdadera pesadilla,
donde si bien el más perjudicado es el alumno, se genera una fuente de tensión
y malestar también para padres y profesores.”
Es necesario además, que los padres hagan respetar la autoridad de
los profesores y valoren la educación escolar; las críticas adversas delante de
los hijos, no logran sino desmotivarlos y alimentarles una idea negativa del
plantel educativo.
“La
educación de los niños es una tarea compartida entre padres y profesores.
Mientras más respetuosa y cercana sea la relación entre ambos, más positiva
será su incidencia en el aprendizaje y en el desarrollo de los niños.” Neva Milicic.
Adaptado de:LaFamilia.info
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