Es un paso fundamental en su
vida pero también en la nuestra...
Hay un verano muy especial en
la vida de los adolescentes, aquel que precede a su marcha a la universidad. Los chicos viven esos meses de asueto como una especie de frontera
entre la infancia y la edad adulta. Ellos necesitan preparar muchas cosas para
su nuevo camino. Pero sus padres y madres también necesitan prepararse, porque de
igual forma para ellos es un momento muy importante.
Los
niños han crecido
Si para los adolescentes la entrada en la universidad es uno de los momentos más importantes de la vida, para sus padres no lo es menos. Van a sentir muchas emociones y es bueno conocerlas para saber cómo convivir con ellas de la mejor manera posible.
Si para los adolescentes la entrada en la universidad es uno de los momentos más importantes de la vida, para sus padres no lo es menos. Van a sentir muchas emociones y es bueno conocerlas para saber cómo convivir con ellas de la mejor manera posible.
Momento
crucial para los padres
La mayoría de los padres de adolescentes sienten emociones encontradas cuando sus hijos se marchan a la universidad. Algunos comenzarán a sentirlas en los meses previos y otros cuando los hijos dejen la casa familiar o en las semanas o meses siguientes.
La mayoría de los padres de adolescentes sienten emociones encontradas cuando sus hijos se marchan a la universidad. Algunos comenzarán a sentirlas en los meses previos y otros cuando los hijos dejen la casa familiar o en las semanas o meses siguientes.
● Orgullo. La inmensa mayoría de los padres sienten un gran
orgullo cuando los hijos entran en la universidad. Ese orgullo es legítimo y
sano y hay que disfrutarlo y compartirlo. Y con los primeros que hay que
compartirlo es con los hijos. Es bueno que ellos sepan lo orgullosos que
estamos del paso que van a dar.
● Miedo. Ese es otro de los sentimientos frecuentes entre los
padres de adolescentes que van a la universidad. El primer miedo que tienen es
el que nace de la incertidumbre. No es posible saber cómo les va a ir a los
chicos. No es posible saber si se adaptarán bien, si las cosas serán como ellos
creen y quieren, sí se enfrentarán a problemas… La forma de prepararse para
vivir ese miedo es, primero, analizar con el adolescente todos los puntos de su
marcha a la universidad, estar seguros de que todo está bien resuelto de
antemano: la matrícula, el alojamiento, el seguro médico, las posibles becas,
el dinero… Si repasamos con nuestro hijo todos estos asuntos, tanto él
como nosotros estaremos más seguros y tranquilos. Y, segundo, es importante que
dejemos a nuestros hijos crecer. Seguro que se enfrentarán a algunos problemas
en su nueva vida. Aunque en la mayoría de las veces serán problemas menores es
muy importante para su crecimiento que sean capaces de resolverlos por sí
mismos. Lo que debemos procurar siempre es que los muchachos confíen en
nosotros si aparecieran problemas más graves.
● Soledad. Muchos padres y madres van a sentir una gran sensación
de soledad cuando los hijos dejen la casa. También ese es un sentimiento
normal. Nuestro niño ha dejado definitivamente de ser un niño y ya es casi un
adulto pero nosotros seguimos viéndolo como nuestro chiquito. Él o ella ya se
han hecho grandes. Por una parte hay que ser conscientes de que nuestros hijos
siempre van a seguir siendo nuestros hijos y que siempre van a necesitar
nuestro amor, pero cada vez necesitarán menos de nuestro tiempo.
● Deseo de
saberlo todo. Algunos
padres sienten la necesidad de saber todo lo que les ocurre en todo momento a
sus hijos cuando comienzan la universidad. Generalmente ocurre sólo durante las
primeras semanas, pero es importante que controlemos el impulso de llamarlos
continuamente o acercarnos a visitarlos cada fin de semana. Es preferible que
establezcamos un patrón para las llamadas, y respecto a las visitas en época de
estudios, que sea el adolescente el que nos invite a ir a visitarlo cuando sea
más conveniente según su rutina.
Tomado
y adaptado de About.com
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