lunes, 16 de noviembre de 2015

Artículo: DEMANDAR OBEDIENCIA O MOTIVAR A LA COLABORACIÓN


Es común que como padres frecuentemente sintamos urgencia por demandar obediencia, queremos que las cosas se hagan a nuestra manera y en nuestros tiempos; pero cuando esto involucra a otros adultos nos obligamos a respetar sus tiempos y a respetar sus ideas, nos obligamos a buscar acuerdos donde ambos adultos estemos cómodos.
Si esto es así entre adultos, por qué no llevar ese mismo comportamiento y pensamiento cuándo se trata de nuestros hijos?

Aclaremos esto: No demandar obediencia No significa No enseñar responsabilidad, ¡todo lo contrario!
Cuando demando, el mayor responsable es quien demanda, el otro sólo cumple lo que le dijeron,  pero cuando pido colaboración, cuando permito al otro crear sus propias estrategias para una meta común; entonces estoy permitiéndole tomar responsabilidad total de su vida, sus actos y sus consecuencias.
Pero claro está que  para entregar esta responsabilidad debo antes prepara el terreno, veamos:

En una misma situación cotidiana: vestirse para salir, veamos cómo funcionarían los dos escenarios.

a.- Podemos demandar obediencia: ¡Ve a vestirte! ¡Por favor, ve a vestirte! ¡Déjate poner la camisa, ayúdame! etc.

b.- Podemos preparar el terreno y motivarle a colaborar.
Preparar el terreno sería según la edad del niño: tener ropa fácil para el quitarse y ponerse, dejar a su alcance 2 o 3 opciones de camisa y pantalón, haberse tomado el tiempo de enseñarle a tomar la camisa y el pantalón y ponérsela, conocer el tiempo estimado que tarda el niño en vestirse, entrenarle en donde dejar la ropa sucia; y luego que el ambiente esté preparado, motivar a la colaboración …  “En media hora salimos, ¿qué te falta para estar listo y salir a tiempo?”

Decía que invitar a la colaboración es permitirle tomar responsabilidad total de su vida, sus actos y sus consecuencias, así que el niño se invita a crear su propia idea para lograr la meta común.

Sigamos con el ejemplo de  “Estar listo en 30 minutos”.

El niño pequeño podrá tener un poco más de guía por ejemplo con opciones limitadas ¿Quieres vestirte ahora o luego de lavarte los dientes?
En este pensamiento el niño es responsable tanto del éxito con el cumplimiento de la meta como del fracaso del mismo,  viendo los errores como oportunidades de aprendizaje para todos.
Deberá conocer con anticipación y no en forma de amenaza, qué es lo que ha decidido hacer usted al terminar esos 30 minutos. Por ejemplo:  “En 30 minutos salgo, no puedo esperar más porque llegaría tarde pero papá está dispuesto a quedarse contigo si no alcanzas” ó “En 30 minutos debemos salir, si no logras vestirte a tiempo, guardamos tu ropa en el morral y te vistes en el auto al llegar donde la abuela”.

Como se expone, dar órdenes quizá es más “rápido”, pero invita a las luchas de poder o a la sumisión, y a la larga, el padre siempre tendrá la mayor responsabilidad en hacer que se cumpla la orden, por lo tanto tiende a escalonar la firmeza y a recurrir a otras estrategias de control (amenazas, gritos, sobornos, etc).   Mientras que cuando entrenamos y motivamos a la colaboración, damos esa responsabilidad al niño, y cada vez, el padre será menos activo y el niño será más responsable.
Muchas veces los padres sentimos que no tenemos tiempo para entrenar y motivar, porque realmente es un trabajo a futuro, pero acaso sí tenemos tiempo y energía para, durante toda su infancia y adolescencia, estarles diciendo qué y cuándo hacer las cosas y ser los responsables de qué, cómo y cuándo las hacen?
Tomado y adaptado de ladisciplinapositiva.org


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