El último trimestre del período escolar es la última oportunidad
que tienen los niños y adolescentes que no les ha ido bien durante el año para
mejorar las cosas y acabar la escuela con mejores calificaciones.
Tras las vacaciones de Semana Santa llega la hora
de la verdad. Entramos en el último trimestre del año y esos meses son los
definitivos para el resultado final.
Cuando los niños o adolescentes han ido bien
durante los dos trimestres anteriores es muy difícil que las cosas se tuerzan
en las últimas semanas. Pero cuando los chicos han obtenido calificaciones
bajas o mediocres en los meses anteriores hay que actuar.
¿Deben intervenir los padres?
En el caso de los niños siempre hay que actuar y hacer un
seguimiento.
Ahora bien, algunos padres de adolescentes opinan que cuando sus hijos entran en la Secundaria ha llegado el momento de despegarse de ellos y de dejar de preocuparse por sus calificaciones, por sus tareas escolares y por su desempeño en la escuela. En algunos casos, los adolescentes a esta edad ya son muchachos maduros que no necesitan que sus padres estén pendientes de lo que hacen en ella. Pero no siempre es así. Hay algunos que por diversos motivos necesitan que este apoyo continúe durante la adolescencia. Algunos de ellos incluso lo necesitan aún más que cuando eran niños. Conseguir que los adolescentes acaben la Secundaria con buenas calificaciones y que vayan madurando de forma sana y equilibrada también en lo que se refiere al aprendizaje es suficientemente importante como para que sus padres se involucren en ello. Por eso cuando falta el último trimestre para acabar el año y las cosas no van bien; los padres deberían intervenir para intentar reconducir la situación.
Ahora bien, algunos padres de adolescentes opinan que cuando sus hijos entran en la Secundaria ha llegado el momento de despegarse de ellos y de dejar de preocuparse por sus calificaciones, por sus tareas escolares y por su desempeño en la escuela. En algunos casos, los adolescentes a esta edad ya son muchachos maduros que no necesitan que sus padres estén pendientes de lo que hacen en ella. Pero no siempre es así. Hay algunos que por diversos motivos necesitan que este apoyo continúe durante la adolescencia. Algunos de ellos incluso lo necesitan aún más que cuando eran niños. Conseguir que los adolescentes acaben la Secundaria con buenas calificaciones y que vayan madurando de forma sana y equilibrada también en lo que se refiere al aprendizaje es suficientemente importante como para que sus padres se involucren en ello. Por eso cuando falta el último trimestre para acabar el año y las cosas no van bien; los padres deberían intervenir para intentar reconducir la situación.
Identificación del problema
Lo primero que deben hacer los padres es saber qué está pasando con su hijo.
Lo primero que deben hacer los padres es saber qué está pasando con su hijo.
No es lo mismo el caso de un niño o adolescente
que ha ido bien durante el resto del curso y que de pronto pierde el interés
por la escuela, que uno que ha ido mal desde el principio o un hijo que se
plantea, por ejemplo en el caso de los de mayor edad, dejar los estudios… Hay
que saber las causas que provocan las malas calificaciones para poder actuar.
Lo primero es descartar problemas emocionales en el adolescente como una depresión, un trastorno de la alimentación como la
anorexia o bulimia o lo estén molestando o acosando en la escuela.
Si el problema es alguno de estos, lo primero que
hay que hacer es comenzar a resolverlos buscando ayuda. Si el problema es sólo
de rendimiento porque ha comenzado a trabajar menos sin ningún motivo
grave pueden ser los padres junto a los maestros o profesores, y por supuesto,
el chico, los que se ocupen de solucionarlo.
En caso de ser sólo el rendimiento: Diseñar una estrategia
Lo primero que hay que hacer es organizar una reunión con los maestros o profesores para descubrir qué es lo que está fallando: si es falta de atención en las clases, que no hace el trabajo escolar o simplemente que no está motivado. Aunque generalmente cuando las calificaciones son malas lo que suele producirse es una conjugación de todos esos motivos. Todos juntos deben definir muy claramente cómo van a cambiar las cosas. Por ejemplo, si el principal problema es la tarea escolar, se deben fijar horarios para hacerla en casa. Si el problema es la falta de motivación, habrá que buscar cuál es la causa de la desmotivación y ver elementos que podría cambiar esta situación.
Lo primero que hay que hacer es organizar una reunión con los maestros o profesores para descubrir qué es lo que está fallando: si es falta de atención en las clases, que no hace el trabajo escolar o simplemente que no está motivado. Aunque generalmente cuando las calificaciones son malas lo que suele producirse es una conjugación de todos esos motivos. Todos juntos deben definir muy claramente cómo van a cambiar las cosas. Por ejemplo, si el principal problema es la tarea escolar, se deben fijar horarios para hacerla en casa. Si el problema es la falta de motivación, habrá que buscar cuál es la causa de la desmotivación y ver elementos que podría cambiar esta situación.
Evaluar los resultados de la estrategia
La intervención de los padres no acaba con esa reunión. Cuando la estrategia se ha definido, deberán ocuparse de evaluar, primero, que el muchacho cumple con lo pactado y, segundo, que la estrategia da resultado. Lo normal es que no se note un cambio drástico en las dos primeras semanas pero una charla con los maestros o profesores del muchacho nos dirá si empiezan a verse mejoras. Y sobre todo lo que deberán procurar es que se mantenga el cambio de actitud en el chico. Estar seguros de que sí realiza adecuadamente su tarea y muestra mayor atención en las clases.
La intervención de los padres no acaba con esa reunión. Cuando la estrategia se ha definido, deberán ocuparse de evaluar, primero, que el muchacho cumple con lo pactado y, segundo, que la estrategia da resultado. Lo normal es que no se note un cambio drástico en las dos primeras semanas pero una charla con los maestros o profesores del muchacho nos dirá si empiezan a verse mejoras. Y sobre todo lo que deberán procurar es que se mantenga el cambio de actitud en el chico. Estar seguros de que sí realiza adecuadamente su tarea y muestra mayor atención en las clases.
Tomado y adaptado de about.com
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