Hace
poco, el diario ABC de España, publicaba las conclusiones de las jornadas
académicas de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Fomento de
Centros de Enseñanza (FEPACE), donde se destacó que las familias “no educan
a sus hijos frente a la adversidad”.
Una
de las principales razones es que los padres prefieren darles todo a sus hijos
para que tengan bienestar y una vida cómoda, antes de inculcarles el esfuerzo y
hacerles “sufrir” para conseguir un objetivo, puesto que, de hacerlo, los
progenitores piensan que sus pequeños dejarán de quererles.
“Nada
más lejos de la realidad”, asegura Fernando Sarráis, doctor en Medicina
por la Universidad de Navarra, especialista en Psiquiatría. “Todo lo que vale;
cuesta. Conseguir aquello que conlleva un esfuerzo supone una gran satisfacción
personal (estudiar y obtener un máster; entrenar y lograr una medalla…). Si no
enseñamos a los niños a esforzarse en la infancia, de mayores serán adultos
insatisfechos e inseguros porque tendrán miedo de enfrentarse a cualquier situación
que les suponga el más mínimo esfuerzo”.
Claves a seguir según el Dr. Sarráis para educar mejor a los hijos:
1.-
El que algo quiere, algo le cuesta. La buena educación ha de costar a formador
y formado. No se debe tener miedo a hacer sufrir al educar, pues el cariño
impide que se convierta en un trauma psicológico.
2.-
El mejor educador es el ejemplo. Se debe realizar la acción que se pretende que
aprendan los hijos delante de ellos. No es suficiente un exceso de repetición
oral para que lo asimilen.
3.-
Enseñar en libertad. En la educación de una personalidad madura es esencial
enseñar a ser libre, con la responsabilidad que supone recibir un premio o
castigo como consecuencia de la propia conducta libre.
4.-
Aprender a poner buena cara al mal tiempo. Uno de los capítulos más difíciles
de aprender del libro de la vida es “sufrir con alegría”. Sin este aprendizaje
las personas suelen vivir, comportarse y pensar para “evitar” el miedo a
cualquier sufrimiento. Esto impide que las personas aspiren a grandes objetivos
en la vida.
5.-
Voluntad y constancia. Es necesario plantear modelos atractivos de modos de
ser, pues si una persona quiere ser de una manera, tendrá la fuerza y
constancia para poner los medios necesarios para lograrlo: querer es poder.
6.-
O vives como piensas o acabas pensando como vives. La conducta tiene una fuerza
educativa o transformadora muy poderosa. Una manera de lograrlo es que el
educador y el educando lo hagan juntos.
7.-
Educar más con la cabeza que con el corazón. Enseñar es una tarea más de la
razón que de la afectividad.
8.-
La unión hace la fuerza. El padre y la madre deben llegar a un acuerdo a la
hora de educar, establecer límites y no desautorizarse entre sí, sino
comunicarse para evitar las diferencias educativas en los temas capitales.
9.-
No tirar la toalla cuando parece que no se consiguen los objetivos educativos
deseados, ya aparecerán más adelante. No hay que cansarse de dar buen ejemplo.
10.-
Exigir con amor. Los hijos no se trauman tanto por la excesiva exigencia si se
sienten queridos.
Fuente:.LaFamilia.info
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