miércoles, 15 de febrero de 2017

Artículo: SEÑALES DE UN NIÑO CAPRICHOSO. ¿QUÉ HACER?


Siempre se habla de la importancia de la autoridad de los padres, así como la de las normas, límites, valores y saber decir “no” cuando sea necesario.

El objetivo del ejercicio de la autoridad, es formar el carácter y la voluntad de los hijos, de modo que cuando crezcan puedan afrontar de la mejor manera los desafíos de la vida. Por eso hay que prestarle atención cuando un niño presenta actitudes caprichosas con frecuencia, pues quiere decir que hay fallas en la autoridad paterna y es necesario hacer correctivos.

Los niños comienzan a ser caprichosos a partir de los 2 años porque aún no entienden de reglas y límites por eso resulta fundamental la actitud de los padres desde el primer momento para que cuando el niño crezca esto no se convierta en un verdadero problema, ya que un niño caprichoso que es siempre el centro del mundo se volverá casi sin duda en un niño tirano que exigirá a sus padres todo lo que se le antoje y no es lo mismo ceder a un niño de 4 años que  a uno de 14.


Nadie nace caprichoso, es la educación recibida la que permite o motiva de algún modo, a que los hijos desarrollen este tipo de comportamientos. Concretamente las siguientes actitudes de los padres conducen a que los hijos se vuelvan caprichosos: la sobreprotección, impedir o resolverles la mayoría de los problemas, evitarles cualquier esfuerzo o responsabilidad y ser demasiado complaciente con sus deseos.

Un niño caprichoso es un niño que quiere y exige las cosas porque siempre consigue salirse con la suya. Si un niño después de una pataleta o una rabieta consigue lo que quiere, algo se está haciendo mal como padres. 

Pero ser caprichoso y desde pequeño haber conseguido todo lo que quiere solo le  traerá consecuencias negativas para cuando empiece a crecer y a tener que madurar porque la realidad de la vida no es esa y por lo tanto tendrá baja tolerancia a la frustración y no sabrá afrontar las dificultades de la vida. Por esto resulta tan importante educar a los niños para que no se vuelvan caprichosos. 

Francisco Gras en su blog para padres, agrega que “Las actitudes egoístas, perezosas, pasivas y poco colaboradoras de algunos hijos, que solamente hacen lo que les gusta o les apetece, pueden ser la consecuencia de tener o haber tenido todo y más que lo necesario, sin haber hecho nada para conseguirlo. No han debido entender, que quien quiere algo debe esforzarse para conseguirlo, para no crecer como personas infantiles, egocéntricas y caprichosas.”

Tanto los hijos como los padres deben entender que “Los caprichos no son necesidades”


¿Qué hacer ante un hijo caprichoso?

Lo primero y más importante es darse cuenta de que el hijo es caprichoso, y que algunas actitudes propias han incitado a que esto ocurra. Reconocer que ha fallado, no lo convierte en un mal padre, todo lo contrario, de los errores salen grandes aprendizajes y versiones mejoradas.

El paso a seguir sería preguntarse y analizar: “cuándo, dónde, cómo, cuánto y por qué los hijos son caprichosos. Las respuestas servirán para encontrar soluciones que ayuden a modificar el comportamiento caprichoso de los hijos” recomienda Francisco Gras.

Un niño caprichoso será un adulto con muchas dificultades. Es importante atender estas señales y tomar correctivos ya que una intervención a tiempo puede cambiar el rumbo de todo. 

Adaptado de LaFamilia.info y guiainfantil.com

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