A lo largo
de extensas investigaciones, se han identificado los errores típicos que
cometen los padres de familia que programan de antemano a los
niños para ser inseguros, y limitan sus oportunidades de ser exitosos
en su vida personal y profesional.
1. No permitir a los hijos tomar
riesgos.
Vivimos
en un mundo lleno de peligros a cada paso, eso
es un hecho. El lema "la seguridad ante todo" refuerza
nuestro miedo a perder a nuestros hijos y por eso los rodeamos
de cuidados en todo aspecto. Psicólogos europeos descubrieron que
si los niños no juegan en la calle, si nunca
se han caido y raspado las rodillas, es de esperar que en la vida
adulta sufran de fobias. Los niños deben caerse varias veces para entender
que eso es algo normal. Los adolescentes deben tener conflictos con sus
compañeros y vivir el primer amor para adquirir estabilidad
emocional, sin la que es imposible entablar relaciones
interpersonales de calidad y larga duración en el futuro.
Eliminar el riesgo en la vida
de los niños puede dar origen a la arrogancia,
la insolencia y la baja autoestima en su adultez.
2. Correr en su ayuda demasiado
pronto.
La generación
de jovenes de hoy no desarrolló algunas habilidades que eran
inherentes en los niños de hace 30 años. Cuando corremos
a ayudar a nuestros hijos demasiado pronto y los rodeamos
de "cuidado" excesivo, les quitamos la posibilidad de buscar por
sí mismos la salida de las situaciones difíciles. Tarde
o temprano, los niños se acostumbran a que alguien los salve
siempre: “Si yo cometo un error o no cumplo
mi meta los adultos lo arreglarán y no habrá
consecuencias”. Aunque en el mundo real de los adultos las cosas
pasan de una manera completamente diferente.
Si eso ocurre, tus hijos podrían
no ser aptos para la vida adulta. .
3. Entusiasmarse muy pronto.
El movimiento para
la mejora en la autoestíma empezó
ya en la generación de los así llamados Baby-Boomers
(Aquellos nacidos entre 1946 y 1964) y para los años 80 estaba
en auge en las escuelas. La regla de "Cada niño recibe
su trofeo" le permite al niño sentirse especial, pero las
investigaciones de psicólogos modernos muestran que ese método
de estimulación tiene consecuencias imprevistas. Al cabo
de algún tiempo el niño se da cuenta que las únicas
personas que piensan que él es fabuloso son mamá y papá, pero
no los demás y comienza a dudar de la objetiividad
de los padres. Por supuesto que le gusta escuchar elogios pero
entiende que a fin de cuentas no tienen nada que ver con
la realidad.
Con el tiempo, un niño así aprende
a hacer trampa, exagerar y mentir para eludir alguna verdad incómoda,
por eso no estará preparado para afrontar las dificultades
en su vida de manera adecuada.
4. Permitir que la sensación
de culpa reemplace el buen comportamiento.
Tu hijo
no necesariamente debe amarte cada minuto. En su vida
él o ella tendrá que superar muchas adversidades, y el ser
mimado puede impedirle hacerlo; por eso no hay nada de malo
en decirle "no" y "ahora no" para que aprenda a luchar
por lo que quiere y lo que necesita.
Si en la familia hay varios niños, con mucha frecuencia los
padres piensan que no es justo premiar a uno
y no a los demás, pero premiarlos a todos siempre
es imposible, adicionalmente al hacerlo, perdemos la oportunidad
de mostrarles que las recompensas son el fruto del esfuerzo
y las buenas acciones.
Piénsalo dos veces antes de premiar
a los niños con regalos y paseos al centro comercial.
Si la relación con tus hijos está basada únicamente en estímulos
materiales, ellos no van a sentir ninguna motivación interna
ni amor incondicional.
5. No contarles a los hijos los
errores de nuestro pasado.
Llegará el día cuando
un adolescente normal quiera "abrir sus alas": cometer sus propios errores
y el adulto deberá permitirle hacer eso. Eso no significa
no orientar a los hijos en situaciones y cosas que
desconocen. Cuéntales a tus hijos qué errores cometiste cuando tenías
su edad, pero evita las exageraciones con respecto a temas como el tabaquismo,
el alcohol y los narcóticos, aunque parezca mentira, eso hace que
tu mensaje sea más contundente que un sermón constante. Los hijos
deben estar preparados para enfrentar situaciones desagradables y ser
responsables de sus actos.
Cuéntales qué sentías cuando tú mismo
te enfrentaste a situaciones parecidas, cómo reaccionaste y qué
aprendiste de eso.
6. Confundir intelecto con madurez.
El intelecto
es usado con mucha frecuencia como medida de madurez
en un niño y como resultado los padres suponen que su hijo
o hija está preparado para el mundo real. Eso no es así.
Algunos deportistas profesionales, y jóvenes estrellas de Hollywood,
por ejemplo, poseen un gran talento pero aún así son centro
de escándalos públicos. No pienses que tu hijo tiene talento para
todo. Pero hay una regla muy buena: Observa a otros niños
de la misma edad de tu hijo. Si te das cuenta que
ellos son más autónomos, significa que tú puedes ser quien esté frenando
el desarrollo de su independencia.
No existe la "edad mágica
de la madurez" o un manual acerca de cuándo
es un buen momento para dar al niño libertad en esto
o lo otro.
7. No aplicar lo que
se predica.
Como padre o madre
debes llevar un estilo de vida modelo: una vida tal como el que
quieres para tus hijos. En este momento el lider
de la familia eres tú, un ejemplo a seguir, por eso
debes respetar las normas de convivencia y de comportamiento.
Cuida tus actos, incluso los más pequeños porque tus hijos te están
observando.
Si no actúas de acuerdo
a las normas, tus hijos van a saber que no tiene nada
de malo si ellos hacen lo mismo. Muestra a tus nños qué
significa ser íntegro, e inculca en ellos el ayudar a los
demás: ayuda tú mismo a los demás. Deja los lugares mejor que como
los encontraste, y tus hijos harán lo mismo; saluda al llegar
y despídete al salir y tus hijos lo repetirán.
Adaptado
de GenialG.com
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