Cuando tu hijo te pida permiso, toma
una buena decisión.
Cuando tu hijo te
pide permiso para cualquier cosa, ¿tu “sí” es automático? , ¿Lo
piensas y terminas accediendo? o ¿Te cuesta mucho trabajo negarle algo si él
insiste?
¿Cuál es la
importancia de otorgar o negar permisos? ¿Qué aprenden nuestros hijos de
nuestras respuestas?
- 1.- Pedir permiso es un ritual, y un ritual muy importante. Cuando tu hijo te pide permiso para hacer algo, te está concediendo tu lugar como autoridad. Tú tienes el poder de decir “Si” o “No”. Tú eres el adulto y es tu responsabilidad vigilar por la seguridad y el bienestar de tus hijos.
- 2. Puedes
establecer reglas. Puedes y debes establecer
reglas sobre los permisos. Una regla puede
ser: Los permisos se piden por adelantado y no en corre-corre.
Así tú tendrás la oportunidad de informarte bien y tomar una buena
decisión.
Es muy molesto estar en algún lugar y
enfrentarte al “¿Puedo?, ¿Puedo? Por favor, mamá, dime que sí. ¡¡¡Por
favooor!!!”
- 3. Los
permisos se ganan. Que tu hijo no dé por hecho que siempre
le darás chance, aunque te lo pida con palabras bonitas.
Por adelantado debe saber que su conducta
diaria afecta su capacidad de negociar. Enséñale que los
permisos se ganan con su participación
positiva en la vida familiar todos los días y en la confianza que
haya construido en ti.
- 4. El
NO es no. Si tú decides decir “No” a
su petición, no te des el brazo a torcer. Si cedes, tendrás que
luchar cada vez que decidas no dejarle hacer algo que él quiera
hacer.
Es importante que
tu hijo aprenda el significado de la palabra “No”, y es un excelente momento
para que practique la tolerancia
a la frustración.
Debe entender que
tomas decisiones por buenas razones (que algunas veces se las puedes explicar y
otras no), y aceptar que no siempre se le va a decir que “Sí” a todo.
- 5. Tiene
que pedir su propio permiso. Cuando mis hijos estaban chicos,
por alguna razón sus amigos se sentían con un poder supremo de
convencimiento. Cuando yo decía que “No”, los otros chicos
empezaban, “Ándele, Señora, di que sí. ¡Ándele, por favor!”
Todo eso para
hacerme sentir como la única mamá bruja que no dejaba ir a sus hijos.
No debes ceder
bajo este tipo de presión social, ni de parte de los amigos de tus hijos ni de
sus mamás.
Ponte de acuerdo
con tus hijos por adelantado, para que sepan que cualquier permiso que se
presente por parte de los amigos será automáticamente negado.
- 6. El
permiso tiene límites de tiempo y de espacio. Los permisos se
otorgan dentro de horarios y para lugares específicos. Por lo
general y para tu propia paz interna, debes exigir que tu hijo
regrese a casa a una hora específica, y que te avise de inmediato si hay
algún cambio.
También si tú le das permiso de ir a la
casa del vecino no debe lanzarse al parque a jugar futbol sin avisarte .El
permiso es específico, y él debe cumplir con avisarte si quiere extenderlo o
cambiarlo y esperar tu decisión al respecto.
Ojo con los
permisos abiertos concedidos entre adultos. Si tu
hijo se va a dormir a la casa del amigo y la mamá te dice, “No te preocupes.
Está conmigo.”, y no te da la hora de regreso. Va a ser una situación
molesta si tú debes salir y no estás cuando tu hijo regrese o si
simplemente no regresa y se extiende el “permiso” indefinidamente.
Tienes tus
horarios en casa y no debes sentir pena al pedir que otros especifiquen los
suyos. Tampoco pasa nada si decides que no te encanta el lugar a donde quieran
ir, aunque la mamá te insista. Puedes decir que no.
- 7. No
pasa nada si dices que “No”. Cuando mis hijos estaban chicos y
me pedían permiso yo sentía un gran peso si no accedía a sus deseos.
A veces lloraban y sufrían y, me dejaba convencer fácilmente para
evitarles tanto dolor.
Sin embargo, mi
esposo me hizo ver que no pasaba nada si de vez en cuando les decíamos que no.
Aunque a veces hacían berrinche,
no se enfermaban de tristeza ni se deprimían, y para el próximo permiso estaban
tan listos como si no hubiera pasado nada.
Entonces, no
tengas miedo. Nunca otorgues un permiso por miedo a lo que pudiera suceder si
le niegas algo a tu hijo.
- 8. Los
permisos deben darse pensando en lo siguiente:
La seguridad.
¿Es un lugar seguro, donde tú puedes confiar plenamente en las personas con
quienes estará tu hijo? Si se presentara cualquier emergencia, ¿habrá los
recursos necesarios para proteger a tu hijo?
La edad.
¿Tu hijo estará con niños de su propia edad? ¿Habrá personas mayores con
una conducta inapropiada para él? Si van a una película o van a jugar juegos de
video, ¿son apropiados para niños de su edad?
El tiempo.
¿Cuánto tiempo dura el evento o la experiencia? Empieza con otorgar
permisos chiquitos para media hora, por ejemplo, si va a la casa del
vecino. Luego puede venir a chequear contigo para extender un poco el
tiempo.
Nunca es bueno dar
permiso para todo un día si no hay algo planeado por algún adulto confiable.
Como anfitriona, no hay nada peor que aguantar en casa a un niño extra que ya
está cansado (y te está cansando), que tiene permiso sin límites para no ir a
su casa.
Se
pueden revocar. Por tu comodidad y la de tu hijo,
debe quedar claro que un permiso no causa ninguna obligación de quedarse en un
lugar donde no está a gusto. En el momento que tu hijo necesita
regresarse a casa tendrá tu apoyo absoluto. Y para la próxima
vez, si quiere decir, “No puedo. Mi mamá no me da permiso.”, lo puede hacer.
Tomado de about.com