Cuando
un niño transita la vida y su crecer con “el pie derecho”, y es educado y
guiado por personas comprensivas, piadosas y alentadoras que saben despertar en
él el deseo de hacer cosas buenas, entonces el éxito que tenga ese niño es
también un logro personal de sus padres y educadores.
Para
esto lo principal es formar la VOLUNTAD. No es ningún acto heroico definir que
el problema del niño es “tal cosa” o “tal otra”, o decirle qué hacer y qué es
lo que no está haciendo bien, declamar grandes discursos mostrándole que no
deben hacerse las cosas de cierta manera, eso lo hace cualquiera.
La
verdadera sabiduría en educación es saber despertar en el niño la
voluntad, las ganas, darle la fuerza necesaria para cambiar lo que no
está bien, darle la posibilidad de acercarse a cosas que todavía le son
lejanas, ayudarle a construir su personalidad.
Cuando
un niño presenta una dificultad, lo único que necesita son herramientas.
Aportarle
herramientas y construir la voluntad y las ganas son la principal sabiduría en
la educación de los hijos. Cuando logramos esto, los actos llegan sólos.
¿Cómo
lograr despertar la voluntad?
· Centrar la atención en sus puntos buenos. Lo primero es poner a un lado
lo que el niño “no hace” y y enfocarnos en lo que “sí hace”, aquellas cosas en
las cuales tiene éxito. De esta menera se fortalecen también sus puntos
débiles.
· Fijarle metas simples y a corto plazo. Si le ponemos metas sencillas
que sabemos que podrá conseguir y cuando lo logra lo animamos y aplaudimos,
estamos fomentando su seguridad y confianza en sí mismo así como el deseo de
seguir intentando hacer las cosas. Le hacemos sentir que es capaz y que sus
logros son reconocidos. Entonces se le puede alentar para desear dar un paso
más grande.
Ejemplo:
Decimos
que lo principal es pedirle al comienzo cosas pequeñas que pueda lograr con
facilidad y una vez que las logra alentarlo: “Lo has logrado!”..
Después
es necesario despertar en él las ganas de lograr más cosas y podemos decir: “Si
sigues así se abrirán para tí las puertas del éxito!” “Ahora mismo estamos
abriendo el portón y yo estaré a tu lado en este camino!, si no lo consigues lo
intentaremos nuevamente y yo te ayudaré. No me apartaré de tu lado hasta que
estemos rumbo al éxito.!”
Esta es
nuestra tarea, fortalecer en el niño el “querer hacer” y darle confianza en que
tendrá éxito en lo que haga. Todo depende de la voluntad. Cualquier logro
depende del deseo y de la confianza que tenga en sí mismo para lograrlo.
Se puede
elevar el alma de un niño y alentarlo a hacerla brillar si logramos insuflar en
él un aliento de vida, las ganas y la firme voluntad de hacer el bien.
Extraído y adaptado de “Educación con Amor” de Rab. Shalom Arush
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