lunes, 15 de enero de 2018

Artículo: Se porta mal en casa y afuera es un niño ejemplar


Que los niños tengan una “doble personalidad” es mucho más normal de lo que se piensa. En el colegio son pequeños ángeles y en casa se ponen agresivos...
¡Hay solución!

 El comportamiento de los niños puede variar dependiendo del contexto y la manera que tengan de relacionarse con sus iguales, que no es la misma que la que tienen con sus familiares.
Los niños tienen muy buena capacidad de observación y saben muy bien qué es lo que se puede hacer en cada situación y cómo se tienen que comportar con las diferentes personas y en los distintos contextos. Cuando modifican su comportamiento según las circunstancias, puede reflejar un conflicto con el entorno y con quienes se encuentran en dicho ámbito.
Como padres lo que debemos hacer es pensar y encontrar cuales son las causas y por qué sucede esta dualidad en el comportamiento de los pequeños.
¿Por qué ocurre?
El comportamiento desafiante, las rabietas por deseos frustrados, la agresividad verbal y física que muestra en casa, deben  evaluarse teniendo en cuenta la edad y etapa evolutiva del desarrollo de su hijo.
Cuando la situación se manifiesta únicamente en el ámbito familiar, suele verse acompañada de una sensación de frustración en los padres. Las razones por las que ocurren, pueden ser las siguientes:
  • En el colegio están más claras las normas y se han establecido las consecuencias para cuando no hacen lo que corresponde; mientras que en casa no es así. Es decir,  q en casa los límites no son estrictos, constantes, ni consistentes. La permisividad, falta de autoridad y que los niños pasen mucho tiempo solos pueden ser algunas de las causas. En este caso, el niño aprende a mantener su mal comportamiento ante la inconsistencia de pautas en casa, y el pequeño está seguro de que al final, sus padres cederán a sus deseos. 
  • Otras veces puede ocurrir lo contrario, es decir, en casa se es demasiado estricto, exigente o inflexible con los niños, y las expectativas tan altas pueden generar ese mal comportamiento. Puede que en el colegio se sienta con menos presión. 
  • También puede ser que estén haciéndoles una llamada de atención. Puede darse en especial cuando se tiene varios hijos, así que los padres deben ser equitativos con todos, darles las mismas oportunidades y entender sus necesidades emocionales y darles cariño  de forma individual. Si esta exclusividad no existe, los niños buscarán la atención aunque sea de forma negativa, al final los niños consiguen su objetivo: que sus padres dejen de hacer lo que sea por ir a regañarlos.
El que se de este comportamiento agresivo de los niños en casa no implica que sea culpa de los padres. De hecho, estas dificultades requieren consultas a especialistas de psicología infantil de manera frecuente.
Qué hacer
  • Es importante llegar a un consenso en casa sobre qué límites (mejor si son pocos y claros) se consideran importantes y desarrollar una estrategia común a todos los miembros y cuidadores de la familia, que puedan poner en marcha de forma consistente y firme en el domicilio para mostrar al niño que su conducta debe adecuarse al ritmo de familia.
  • También es significativo que reciban más atención en positivo que en negativo. Es decir, en lugar de castigarlos cuando no se porten bien, explícales que cuando griten, peguen o chillen, no les prestarás atención. Y, en cambio, cuando su comportamiento sea el correcto, se estará a su lado y se le prestará atención.

Tomado de: Serpadres.es

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