Que los niños tengan una “doble personalidad” es mucho más normal
de lo que se piensa. En el colegio son pequeños ángeles y en casa se ponen
agresivos...
¡Hay solución!
El comportamiento de los niños puede variar
dependiendo del contexto y la manera que tengan de relacionarse con sus iguales,
que no es la misma que la que tienen con sus familiares.
Los niños tienen muy buena capacidad de observación y
saben muy bien qué es lo que se puede hacer en cada situación y cómo se
tienen que comportar con las diferentes personas y en los distintos contextos.
Cuando modifican su comportamiento según las circunstancias, puede reflejar
un conflicto con el entorno y con quienes se encuentran en dicho
ámbito.
Como padres lo que debemos hacer es pensar y encontrar cuales son las causas y por qué sucede esta dualidad
en el comportamiento de los pequeños.
¿Por
qué ocurre?
El comportamiento desafiante, las rabietas por deseos
frustrados, la agresividad verbal y física que muestra en casa, deben evaluarse teniendo en cuenta la edad y etapa evolutiva del desarrollo de
su hijo.
Cuando la situación se manifiesta únicamente en el ámbito
familiar, suele verse acompañada de una sensación de frustración en
los padres. Las razones por las que ocurren, pueden ser las siguientes:
- En el colegio están más claras las
normas y se han establecido las consecuencias para cuando
no hacen lo que corresponde; mientras que en casa no es así. Es decir, q en casa los límites no son estrictos, constantes, ni consistentes. La permisividad, falta de autoridad y que los niños pasen mucho tiempo solos pueden ser
algunas de las causas. En este caso, el niño aprende a mantener su mal
comportamiento ante la inconsistencia de pautas en casa, y el pequeño
está seguro de que al final, sus padres cederán a sus deseos.
- Otras veces puede ocurrir
lo contrario, es decir, en casa se es demasiado estricto, exigente o
inflexible con los niños, y las expectativas tan altas pueden generar
ese mal comportamiento. Puede que en el colegio se sienta con menos
presión.
- También
puede ser que estén haciéndoles una llamada de atención. Puede
darse en especial cuando se tiene varios hijos, así que
los padres deben ser equitativos con todos, darles las
mismas oportunidades y entender sus necesidades emocionales y darles
cariño de forma individual. Si esta exclusividad no existe, los
niños buscarán la atención aunque sea de forma negativa, al
final los niños consiguen su objetivo: que sus padres dejen de
hacer lo que sea por ir a regañarlos.
El que se de este comportamiento agresivo de los niños en
casa no implica que sea culpa de los padres. De hecho, estas
dificultades requieren consultas a especialistas de psicología
infantil de manera frecuente.
Qué
hacer
- Es
importante llegar a un consenso en casa sobre
qué límites (mejor si son pocos y claros) se consideran
importantes y desarrollar una estrategia común a todos los
miembros y cuidadores de la familia, que puedan poner en marcha de
forma consistente y firme en el domicilio para mostrar al niño que su
conducta debe adecuarse al ritmo de familia.
- También
es significativo que reciban más atención en positivo que en
negativo. Es decir, en lugar de castigarlos cuando no se porten bien,
explícales que cuando griten, peguen o chillen, no les prestarás
atención. Y, en cambio, cuando su comportamiento sea el correcto, se
estará a su lado y se le prestará atención.
Tomado de: Serpadres.es
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