Si desde que los niños son pequeños aprenden a poner límites en sus relaciones con los demás, cuando lleguen a la vida adulta encontrarán menos problemas en sus relaciones sociales.
Es necesario que los padres eduquen a sus hijos de manera adecuada, y uno de los puntos que deben inculcarles es que deben de poner límites en sus relaciones con los demás, y enseñarles a decir “no” ya que de lo contrario pueden tener problemas.
Los niños, los adolescentes e inclusive los adultos, se van a encontrar en múltiples situaciones en los que deben de ser capaces de decir “no” sin sentirse mal y sin ofender al otro.
Muchas veces vemos que con tal de agradar a los demás o de pertenecer a un grupo, muchos niños son incapaces de negarse ante una solicitud, invitación o situación contraria a lo que se considera correcto, lo cual los hace manipulables y vulnerables.
Cuando somos capaces de decir no también somos personas más libres, y esto es un derecho que debería tener todo el mundo. Debemos de explicar a los niños que cada uno de nosotros tenemos el control de nuestras cosas, nuestro tiempo, nuestro cuerpo y nuestras decisiones.
Debes de dejarle claro a tus hijos que decir “no” significa estar en desacuerdo con algo y que, como personas tienen el derecho a elegir lo que quieren para si mismos. Expresar lo que no quieren les ayuda a reafirmarse, a formar su propio criterio y a desarrollar autonomía.
Aunque la palabra sea un monosílabo negativo, expresar un “no” es algo sano y nadie debe sentirse mal por hacer uso de ella.
Según la psicólogo clínico Telma de Moraes, “Un niño que no es capaz de decir “no” se expone inicialmente a un bajo desarrollo de habilidades relacionadas con la comunicación. Le será más difícil exponer sus opiniones, ejercer influencia o tener mayor impacto en el grupo, lo cual a largo plazo lo encaminará a un rol discreto y pasivo. Por otro lado, lo mantendrá alejado de sus propias ideas, sentimientos y deseos, para unirse, sin sentido crítico, a las ideas, sentimientos y deseos de otros”.
Es importante que los niños aprendan a decir “no me gusta”, “no quiero”. Esto los libra de abusos por parte de adultos o muchachos mayores que él, que quieran obligarlos a guardar secretos. Para ayudar a nuestros hijos que se protejan de los peligros que existen, necesitamos enseñarles que pueden respetar a una persona mayor, pero manteniendo su posición firme.
Los niños deben tener la posibilidad de elegir qué quieren y qué no”, explica María Isabel González, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad del Rosario. La experta enfatiza en que a muchos niños los padres los obligan a dar besos o a tener cercanía con personas que no conocen o que no quieren. Ese es el primer error. “Es fundamental que desde temprano ganen autonomía y aprendan a protegerse. Y, lo más importante, que nunca digan “sí” por tener a alguien contento. Deben entender que someterse a la voluntad de otro es una forma de agresión contra uno mismo”, agrega.
El niño descubre a través del “no” una manera de posicionarse frente a sus padres y entorno, medir límites y consecuencias, validar prohibiciones, desarrollar su autonomía y su personalidad, y construir un yo fortalecido.
Los padres somos los primeros modelos y a la hora de enseñarles a decir “no” intervienen varios factores, explica el psiquiatra Álvaro Franco:
– Modelaje: el niño hace lo que ve en su casa y repite el modelo de los adultos.
– Autoestima: del concepto que tiene de sí mismo depende que sea capaz de negarse a lo que no quiere.
– Educación: la capacidad de comprender las cosas que le hacen daño. “El ejemplo de los padres es fundamental, pues si ellos lo aconsejan con un vaso de whisky en la mano, empezaron mal”, argumenta el especialista.
_ Asertividad (habilidad para defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido). Claramente, el modelaje es la mejor manera de enseñar a decir “no” sin ofender a otros o para poner límites en general.
Según Moraes, la clave es desvincular el “no” del afecto o sentimiento hacia el otro: “Me encanta jugar contigo, pero hoy no tengo ganas de ir a tu casa”, por ejemplo. Hay formas de decir “no” con cortesía. De nuestra actitud y reacción ante un “no” dependerá que otros nos acepten. Así como hay que aprender a decirlo, debemos aprender a recibirlo.
Muchos niños son incapaces de decir “no” por temor a ser rechazados y no lograr la aceptación de los demás.
A juicio del psiquiatra Franco, es una de las razones por las cuales caen en el matoneo de sus compañeros, en la drogadicción o en relaciones que no quieren, con tal de obtener el cariño de otros.
“El miedo a decir “no” permanece durante toda la vida. Y en la edad adulta es propio de personas amargadas, que se sienten culpables y no están satisfechas”, agrega la psicólogo González.
“Cuando somos capaces de decir no, somos más libres”
“Decir no, es un derecho que no necesita explicaciones o razones”
Basado en:
Cosasdeeducación.es
Piccolouniverse.com
Crianzaysalud.com.co
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