lunes, 27 de noviembre de 2017

Artículo: LOS HIJOS, COMO LOS BUQUES




Es cierto que no podemos trazar  la ruta de nuestros hijos. Lo que sí podemos hacer es ayudarlos a que lleven  un buen equipaje, lleno de humildad, solidaridad, honestidad, disciplina, gratitud y generosidad.

Los hijos deben hacerse a la mar desde el Puerto donde sus padres llegaron y -como los buques- partir en busca de sus propias conquistas y aventuras con la preparación suficiente para navegar un largo viaje llamado Vida.

¡Cuán difícil es es soltar las amarras y dejar zarpar el buque…!. Sin embargo, el regalo de amor más grande que puede dar un padre a sus hijos, es la autonomía.
¡Hijos, buen viento y Buena mar…!

Autor Desconocido


lunes, 20 de noviembre de 2017

Artículo: ¿Sufre mi hijo de Anorexia Nerviosa?




orexia - Peter Dazeley. Getty Images
La anorexia nerviosa es una enfermedad grave que puede ser incluso mortal.
Aunque puede afectar a cualquier persona, es mucho más frecuente en los adolescentes y afecta tanto a las chicas como a los chicos aunque, por ahora, en proporciones distintas.




¿Qué es la anorexia nerviosa?
Es una enfermedad que se caracteriza en que la persona que la padece se esfuerza en adelgazar ya que no ve su cuerpo como es sino distorsionado.
Eso quiere decir que son personas que siempre se ven gordas y feas y creen que la única forma de estar bien es adelgazar cada vez más. Pero nunca están satisfechas con el grado de delgadez al que llegan.
Para conseguir adelgazar reducen hasta límites peligrosísimos la cantidad de comida que ingieren, hacen ejercicio hasta la extenuación, toman medicamentos laxantes y diuréticos y pueden llegara hasta provocarse el vómito tras las comidas. 
Cuáles son las consecuencias de la anorexia nerviosa
La mala nutrición y la pérdida progresiva de peso tienen consecuencias que pueden llegar a ser gravísimas y que se suman a los problemas psicológicos. Algunos de ellos pueden ser los siguientes:
Consecuencias físicas:
  • Problemas renales
  • Problemas cardiovasculares (ejemplo: presión baja, arritmias)
  • Estreñimientos
  • Aumento de vello corporal
  • Deshidratación de la piel (seca y cuarteada. En casos graves se vuelve amarillenta)
  • Caída de cabello
  • Pérdida de densidad ósea. Los huesos también se resiente lo que puede ocasionar que el adolescente no crezca lo suficiente y que sufra osteoporosis.
  • Pérdida de la menstruación

Consecuencias psicológicas:
  • Carácter irritable
  • Aparecen episodios de ansiedad
  • Pueden aparecer depresiones o fobias

Algunas características que comparten muchos de los enfermos de anorexia.
  • Baja autoestima
  • Gran necesidad de aprobación por parte de los demás
  • Poca tolerancia a la frustración
  • Nivel intelectual medio-alto
  • Perfeccionistas
  • Con tendencia a evitar conflictos

Pero hay que aclarar que la anorexia es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, incluso a las que no tengan ninguna de esas características.
Como también es cierto que millones de chicos y chicas que sí se ajustan a esa descripción jamás padecerán anorexia.
 
¿Cómo saber si un adolescente sufre anorexia?
Hay algunas señales que pueden indicar  que se sufre la enfermedad o que se está en ella:

  • Se salta comidas con el argumento de que ya ha comido fuera de casa.
  • Las raciones que se sirve son cada vez más pequeñas.
  • Evita algunos alimentos considerados muy calóricos como las papas fritas.
  • Está perdiendo peso sin ninguna causa aparente.
  • Comienza a hacer ejercicio o deporte en exceso
  • Después de cada comida va al baño.
  • Se muestra irritable y le cuesta concentrarse.
  • Comienza a interesarse mucho por cuestiones de nutrición como las calorías de cada alimento.

Estas señales pueden indicar que una chica o chico sufre anorexia pero no siempre es así porque algunos adolescentes pueden mostrar varias de esas características y no estar enfermos. Pero si los padres de un adolescente advierten varias de ellas en sus hijos, lo más recomendable es que investiguen para asegurarse de que su hijo no está enfermo.
La anorexia es contagiosa
El efecto contagio existe en este trastorno. Los médicos que la tratan recomiendan que cuando un chico la sufre se esté muy atento a la reacción del resto de los miembros de su grupo por si alguno más la padece. Y es que cuando comienzan a adelgazar, se corre el peligro de que sus amigos lo imiten.
 
Qué hacer si tu hija o tu hijo sufre anorexia
Si crees que tu hijo padece anorexia hay algunos pasos que debes dar:

  • Asegúrate. Primero debes estar seguro de que el adolescente  está enfermo.
  • Infórmate. Busca información sobre la enfermedad. Existen asociaciones y especialistas que pueden proporcionarte información.
  • Lleva a tu hijo al médico. La anorexia es una enfermedad y como tal debe ser tratada por médicos. Lleva a tu hijo a su médico y él sabrá a dónde dirigirlos.

En qué consiste el tratamiento de la anorexia
Generalmente el tratamiento de la anorexia es largo y complicado, además suelen ser frecuentes las recaídas. Los padres de adolescentes con anorexia deben estar preparados para un proceso que va a ser emocionalmente doloroso y en el que sus hijos van a necesitar la ayuda de toda la familia. El tratamiento de los enfermos de anorexia habitualmente requiere una intervención simultánea de varias áreas. Por una parte debe tratarse la parte nutricional y a la vez se suele recurrir a la psicoterapia para tratar la psicológica.

Tomado de: About.com

domingo, 12 de noviembre de 2017

Artículo: Importancia de enseñar a tu hijo a decir "no" desde la niñez





Si desde que los niños son pequeños aprenden a poner límites en sus relaciones con los demás, cuando lleguen a la vida adulta encontrarán menos problemas en sus relaciones sociales.


Es necesario que los padres eduquen a sus hijos de manera adecuada, y uno de los puntos que deben inculcarles es que deben de poner límites en sus relaciones con los demás, y enseñarles a decir “no” ya que de lo contrario pueden tener problemas.


Los niños, los adolescentes e inclusive los adultos, se van a encontrar en múltiples situaciones en los que deben de ser capaces de decir “no” sin sentirse mal y sin ofender al otro.


Muchas veces vemos que con tal de agradar a los demás o de pertenecer a un grupo, muchos niños son incapaces de negarse ante una solicitud, invitación o situación contraria a lo que se considera correcto, lo cual los hace manipulables y vulnerables.


Cuando somos capaces de decir no también somos personas más libres, y esto es un derecho que debería tener todo el mundo. Debemos de explicar a los niños que cada uno de nosotros tenemos el control de nuestras cosas, nuestro tiempo, nuestro cuerpo y nuestras decisiones.


Debes de dejarle claro a tus hijos que decir “no” significa estar en desacuerdo con algo y que, como personas tienen el derecho a elegir lo que quieren para si mismos. Expresar lo que no quieren les ayuda a reafirmarse, a formar su propio criterio y a desarrollar autonomía.


Aunque la palabra sea un monosílabo negativo, expresar un “no” es algo sano y nadie debe sentirse mal por hacer uso de ella.


Según la psicólogo clínico Telma de Moraes, “Un niño que no es capaz de decir “no” se expone inicialmente a un bajo desarrollo de habilidades relacionadas con la comunicación. Le será más difícil exponer sus opiniones,  ejercer influencia o tener mayor impacto en el grupo, lo cual a largo plazo lo encaminará a un rol discreto y pasivo. Por otro lado, lo mantendrá alejado de sus propias ideas, sentimientos y deseos, para unirse, sin sentido crítico, a las ideas, sentimientos y deseos de otros”.


Es importante que los niños aprendan a decir “no me gusta”, “no quiero”. Esto los libra de abusos por parte de adultos o muchachos mayores que él, que quieran obligarlos a guardar secretos. Para ayudar a nuestros hijos que se protejan de los peligros que existen, necesitamos enseñarles que pueden respetar a una persona mayor, pero manteniendo su posición firme.


Los niños deben tener la posibilidad de elegir qué quieren y qué no”, explica María Isabel González, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad del Rosario. La experta enfatiza en que a muchos niños los padres los obligan a dar besos o a tener cercanía con personas que no conocen o que no quieren. Ese es el primer error. “Es fundamental que desde temprano ganen autonomía y aprendan a protegerse. Y, lo más importante, que nunca digan “sí” por tener a alguien contento. Deben entender que someterse a la voluntad de otro es una forma de agresión contra uno mismo”, agrega.


El niño descubre a través del “no” una manera de posicionarse frente a sus padres y entorno, medir límites y consecuencias, validar prohibiciones, desarrollar su autonomía y su personalidad, y construir un yo fortalecido.


Los padres somos los primeros modelos y a la hora de enseñarles a decir “no” intervienen varios factores, explica el psiquiatra Álvaro Franco:
–       Modelaje: el niño hace lo que ve en su casa y repite el modelo de los adultos.
–       Autoestima: del concepto que tiene de sí mismo depende que sea capaz de negarse a lo que no quiere.
–       Educación: la capacidad de comprender las cosas que le hacen daño. “El ejemplo de los padres es fundamental, pues si ellos lo aconsejan con un vaso de whisky en la mano, empezaron mal”, argumenta el especialista.
_   Asertividad (habilidad para defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido). Claramente, el modelaje es la mejor manera de enseñar a decir “no” sin ofender a otros o para poner límites en general.
Según Moraes, la clave es desvincular el “no” del afecto o sentimiento hacia el otro: “Me encanta jugar contigo, pero hoy no tengo ganas de ir a tu casa”, por ejemplo. Hay formas de decir “no” con cortesía. De nuestra actitud y reacción ante un “no” dependerá que otros nos acepten. Así como hay que aprender a decirlo, debemos aprender a recibirlo.


Muchos niños son incapaces de decir “no” por temor a ser rechazados y no lograr la aceptación de los demás.
A juicio del psiquiatra Franco, es una de las razones por las cuales caen en el matoneo de sus compañeros, en la drogadicción o en relaciones que no quieren, con tal de obtener el cariño de otros.


“El miedo a decir “no” permanece durante toda la vida. Y en la edad adulta es propio de personas amargadas, que se sienten culpables y no están satisfechas”, agrega la psicólogo González.


“Cuando somos capaces de decir no, somos más libres”
“Decir no, es un derecho que no necesita explicaciones o razones”


Basado en:
Cosasdeeducación.es
Piccolouniverse.com

Crianzaysalud.com.co

lunes, 6 de noviembre de 2017

Artículo: ¿TU HIJO TE CONTESTA Y TE RETA?



¿TU HIJO TE CONTESTA Y TE RETA?
“Es la edad”, se dice cuando los hijos se vuelven contestones y rebeldes. Pero no es nada agradable recibir respuestas inapropiadas de nuestros hijos.
Si alguien en tu familia te está probando la paciencia con su actitud de desafío, tienes que ponerle el límite sin engancharte en discusiones.
Aquí hay unas sugerencias que te pueden ayudar:
No lo tomes personal.
Tu hijo está retando la autoridad que tú representas, y está viendo hasta dónde puede llegar. 
Sin embargo, su actitud negativa por lo general SÍ es resultado de su edad. Hay etapas en el desarrollo de los niños cuando declaran su independencia y sienten la necesidad de aclarar públicamente que ellos son diferentes a ti. 
La famosa edad de los “terribles dos”, cuando los niños pequeños descubren la palabra “No” y la usan hasta el cansancio es la primera etapa de rebeldía. Es normal y necesario que los chiquitos de esta edad descubran que ellos y mamá son personas distintas. Con el “no” están diciendo, “Yo no soy tú.” 
Esta afirmación de identidad distinta en toda su gloria se vuelve a dar en la adolescencia, pero siguen habiendo momentos y ocasiones cuando los niños nos reten simplemente porque quieren hacer algo diferente a lo que nosotros les estamos pidiendo. 
Entonces, no te sientas ofendido. Si te grita o te contesta mal, tu hijo no es un malagradecido quien te odia a muerte. Es alguien que necesita aprender a expresar sus opiniones y sus necesidades en una forma apropiada. 

No lo permitas.
Si tú permites que tu hijo te conteste de una forma irrespetuosa, lo seguirá haciendo. Es más, si tú no le pones el alto, sus respuestas aumentarán de tono. 
En un momento neutral debes platicar con él y aclararle que el respeto es un valor no negociable en tu casa, y que tú le harás caso siempre cuando se dirija contigo con respeto. 

No te enganches.
Es muy fácil entrar en discusión, refutando las cosas que tu hijo te dice. No dejes que el niño imponga el tono. Evita intercambiar apodos o reclamos. 
Si él está enojado, mantén la calma y no le contestes. Es mejor no prestarle atención que atizar el fuego y ponerte a su nivel, porque eso solamente abre la puerta a que la discusión se vuelva menos manejable. 
Dile, “no me hables así” y da la vuelta, esperando hasta que los dos estén más calmados para seguir hablando. 

Escucha.
Muchas veces las respuestas inapropiadas vienen de necesidades y deseos legítimos. Si tú te esfuerzas por mantener abiertas las líneas de comunicación, entenderás que tu hijo necesita poder expresarse y continuamente le darás este espacio. 
Si tú le escuchas cuando se dirige a ti todos los días con comentarios, opiniones y anécdotas, podrá aprender a expresar sus opiniones y su inconformidad de una forma apropiada. 
Dale tiempo y espacio todos los días, con el entendimiento que fluye la comunicación siempre y cuando sea respetuosa. 

Chequéa los “signos vitales”.
¿Tu hijo está comiendo bien? ¿Se está desvelando demasiado? 
Puede ser contestón porque está de malas por no estar en óptimas condiciones físicas. Todos los niños necesitan alimentarse y descansar bien para poder enfrentar los retos de la vida diaria sin frustrarse ni desesperarse. 

Vigila los ejemplos.
¿Qué programas está viendo en la televisión? En la tele, muchas veces las respuestas inapropiadas se toman como chiste. 
Haz lo posible por minimizar el contacto que tiene tu hijo con malos ejemplos, ya sea en los medios o también entre sus amigos y familiares. 
Cuando está un poco más grande tendrá que tomar sus propias decisiones sin imitar la conducta inapropiada de los demás, pero no cabe duda que la constante convivencia con las respuestas groseras llega a ser una fuerte influencia. 

Da opciones.
Muchas veces las actitudes desafiantes y rebeldes originan con el deseo natural que tiene el niño por controlar ciertos aspectos de su vida. 
No seas papá helicóptero, tratando de monitorear y personalmente guiar cada suspiro de tu hijo. Dale un poco de espacio para tomar sus propias decisiones en cosas pequeñas, como por ejemplo la ropa que se ponga o el lunch que coma. 
Invítalo a participar en los quehaceres de la casa, tomando un papel activo en escoger cosas del refrigerador para la cena, por ejemplo, y en preparar la comida. 
Si él tiene un rol de colaboración contigo, será menos propenso a contestarte cuando le pidas algo. 


Tomado de About.com