"El amor perfecto a veces no viene hasta el primer
nieto"
proverbio
galés
Los abuelos dejan surcadas
sus huellas en el alma de tus hijos, los abuelos son el primer gran ejemplo de
amor incondicional que tus hijos conocen. Los abuelos no esperan, no exigen, no
piden nada a cambio; los abuelos entregan su alma y corazón a esos seres a
quienes tú le diste vida.
Cuando un abuelo o
abuela tiene ante sí a su pequeño
nieto, se le olvida lo estricto o duro que fue con sus hijos, relaja sus
costumbres y es capaz de permitirle cosas que nunca dejó hacer a sus
hijos.
Los abuelos viven esta
etapa de su vida con más relax, calma y experiencia que la paternidad, por ello
son unos perfectos compañeros de juegos, estupendos confidentes, buenos paños
de lágrimas, expertos en muchas materias e indispensables en la educación de los
nietos.
Los
abuelos, junto con los padres son los referentes más cercanos que tienen
los niños y de los que pueden adquirir grandes aprendizajes.
Adoran y se desviven por
sus nietos y ellos lo notan. Los cuidan en vacaciones, los recogen del
colegio cuando los padres no pueden y siempre están ahí para echar una mano.
Les dan cariño, amor y mimos; valores que se traducirán en el bienestar para el
niño. Comparten con ellos experiencias y conocimientos que los nietos guardarán
para siempre, y la mayoría de ellos transmiten una gran tranquilidad, cosa que
a los padres les cuesta ya que a veces van con prisas y estresados por la vida
y no tienen espacio para los detalles, mientras que los abuelos ya pasaron por
esa etapa.
Los abuelos no son
perfectos, así como los padres se equivocan. Además todos sabemos que no todos
los abuelos son iguales. Algunos que se desviven por sus nietos y otros son más
despreocupados, autoritarios o no están presentes en su día a día. En cualquier
caso y pese a poner todo de su parte, una de las principales quejas de los
padres hacia los abuelos es su extraordinaria capacidad para “malcriar” a
los nietos pero es muy posible que cuando los padres se conviertan en abuelos
también lo hagan.
En
cualquier caso, si se coloca en una balanza las cosas negativas y las positivas
de un abuelo, pesan tanto las buenas que ningún nieto debería crecer sin la
inestimable presencia de un abuelo en su vida.
La importancia de los
abuelos en la vida de los niños está más que comprobada, los abuelos no
sólo cambian la vida de los niños y sus padres, sino que se hacen
trascendentales en la atención, el cuidado, la educación y protección de los
niños en la casa.
Los abuelos han dejado de
ser los padres ausentes de los padres, que se visitaban los fines de semana o
solo en vacaciones. Hoy en día la importancia de los abuelos en la vida de
los niños ha crecido considerablemente, éstos son grandes amigos de los
niños, los que pueden los cuidan, los llevan, asisten sus obligaciones y
comparten sus experiencias y hasta los que están físicamente lejos se
encuentran más cerca gracias a la tecnología.
Son, por decirlo de alguna
manera, unos segundos padres y en muchos casos, el eje fundamental en el
equilibrio y el sustento del hogar ya que algunos padres los necesitan para
armonizar de manera efectiva su vida laboral y su vida familiar.
Muchos abuelos asumen con
gran alegría su rol, para ellos es revitalizante y se sienten útiles y
compañeros de los niños; otros asumen este rol para ayudar a sus hijos pues sus
obligaciones laborales así lo requieren, también existen otros abuelos que no
aceptan cuidar a sus nietos puesto que ya han educado sus propios hijos y dicen
no tener fuerza o salud para cuidar a los pequeños.
Sin importar qué postura
tienen, la relación entre abuelos y nietos es siempre muy enriquecedora, los
niños hacen que sus abuelos se sientan más espontáneos, queridos, respetados y
vitales, mientras que los niños se sienten adorados, queridos, curiosos,
reflexivos y alegres.
“Nadie puede hacer por los
niños lo que hacen los abuelos: Salpican una especie de polvo de estrellas
sobre sus vidas” AlexHaley
Adaptado
de: Educapeque.com, Familias.com, Guíainfantil.com