lunes, 14 de marzo de 2016

Artículo: BULLYING - Una mirada objetiva a la conducta de tu hijo.


Si eres como la mayoría de los padres, estás siempre con la mirada puesta hacia afuera, en relación a la búsqueda de agresores o acosadores en la escuela de sus hijos. Pero el problema es que siempre estamos mirando a otros muchachos y pocas veces o nunca tomamos un vistazo más de cerca al comportamiento de nuestro propio hijo. De hecho, a la mayoría de los padres los toma por sorpresa cuando los coordinadores o directivos de la escuela los llaman y les informan de que su hijo ha estado intimidando a otros.
No caigas en la trampa de decir o creer, "mi hijo nunca sería capaz de acosar a nadie" , porque honestamente cualquier niño es capaz de intimidar a otros.  Incluso los niños con padres sólidos pueden caer en este tipo de  comportamiento, de vez en cuando. Así que para evitar ser sorprendidos por la noticia de que tu hijo puede estar afectando a otro, busca en él estas cinco señales que ayudan a descubrir si  podría estar potencialmente intimidando o acosando a otros muchachos.
Salir con la gente equivocada. Muchas veces los agresores y chicas malas son cultivadas debido a la dinámica del grupo al que pertenece o con el que sale y se relaciona.
Mas aún, muchos niños acosan o “bulean” a los demás por temor a que si no lo hacen, ellos podrían convertirse en el próximo objetivo de ataque. También se sabe que algunos chicos sucumben a la presión de grupo y participan en la intimidación a otros, porque el grupo en general lo está hace y ellos quieren encajar y formar parte del mismo.
Como resultado, si tiene alguna pregunta o inquietud acerca del grupo de  amigos de su hijo, no mire hacia el otro lado, enfréntelo. Cuando los muchachos están siendo influenciados por un grupo de amigos, es el momento de tener una buena conversación con tu hijo sobre la toma de buenas decisiones, incluyendo las referentes a las opciones de amigos convenientes. También es posible que desees tomar algunas medidas para ayudarlo a desarrollar amistades con otras personas que tienen intereses similares.

Obsesionarse con su popularidad. Si tu hijo está obsesionado con ser popular, esa podría ser una enorme bandera roja.
La intimidación a menudo se debe a que los chicos intentan subir en la escala social. Y a menudo los niños van a hacer casi cualquier cosa para llegar a la cima, incluso si esto significa la difusión de rumores o chismes sobre los demás para llegar allí.

Los niños que están obsesionados con la condición social también tienden a aislar a otros que podrían dañar su imagen de alguna manera.
También tienen una tendencia de convertirse en falsos amigos en lugar de desarrollar relaciones sanas con los demás. Si tu hijo tiene dificultades para ser un buen amigo, esto podría ser una señal de que está a punto de convertirse en un acosador. Es hora de tener una conversación de corazón a corazón acerca de cómo ser un buen amigo. También es un buen momento para recordarle acerca de los peligros de su popularidad.

Pasar horas en las redes sociales. Nada bueno puede provenir de pasar innumerables horas en las redes sociales. Si nota que tu hijo está constantemente enviando mensajes de texto, comprobando Instagram o publicando “selfies”, es el momento de profundizar un poco más ya que podría estar ocurriendo alguna de las siguientes opciones:

En primer lugar, tu hijo puede estar obsesionado sobre cuántos “likes” o “manitas” está recibiendo en sus publicaciones. O bien, podría estar experimentando algún tipo de drama entre amigos.
En segundo lugar, podría estar participando en algún tipo de acoso cibernético. Los niños que pasan mucho tiempo en las redes sociales a veces crean un drama o situación o simplemente atacan a alguien a través de las redes, es decir hacen ciberacoso o “cyberbullying”.
Si bien hay una serie de razones por las que tu hijo podría estar haciendo acoso cibernético, lo que importantísimo es que se necesita llegar a la raíz del asunto de inmediato. El ciberacoso es un problema muy serio que puede rápidamente salirse de control. No sólo podría tu hijo convertirse  también en un objetivo, sino que podría meterse en serios problemas legales si está amenazando a alguien o publicando fotos inapropiadas de los demás. Asegúrense de mantener control sobre el uso de los medios de comunicación social de su hijo. El exceso de los medios sociales pueden hacerle mucho daño.

Obsesionado con su imagen. Desde la ropa hasta los amigos, el adolescente puede ser muy selectivo desde lo que se pone hasta con quién decide pasar su tiempo. Si bien ésta tendencia no siempre es señal de intimidación, hay una buena probabilidad de que podría ser un problema si está obsesionado con su imagen sobretodo porque le preocupa lo que los otros piensen.
Una señal de que tu hijo carece de empatía, podría ser por ejemplo, si se niega a verse con su hermana más joven o no quiere ayudar a otras personas que pudieran estar solas o aisladas. La falta de empatía, es a menudo un precursor del acoso. Del mismo modo, el ser ingrato también puede conducir a un comportamiento de intimidación. Así que si notan con regularidad que tu hijo nunca está satisfecho con la ropa que tiene, la casa en la que vive o el coche que conduces, entonces es el momento de observar con mayor detenimiento lo que está ocurriendo.
Aunque la presencia de estas características no significa automáticamente que tu hijo esté acosando a otros, siguen siendo cuestiones que es necesario abordar. Asegúrate de trabajar con él a ser más empático, fomentando el trabajo de servicio. Además de trabajar en él el fomento de un sentido de gratitud en su vida, incluso si no está intimidando a otros, estas son habilidades importantes que tu hijo necesita.

Luchando con problemas de comportamiento. Si tu hijo tiene dificultades con la ira y la impulsividad o se frustra con facilidad, es importante que se den cuenta de que hay una posibilidad muy real de que podría estar intimidando a otros. Aunque el niño tenga necesidades especiales o problemas de aprendizaje, no justifica que tenga permiso o le sea aceptable el hecho de que acose a otros niños. Sí, puede ser agotador y mucho trabajo, pero al final, tu hijo se beneficiará enormemente de saber cómo tomar el control de sus emociones. Lo que es más, de esta manera se puede prevenir el hecho de que acose a otros. Esto también podría impedir que él mismo sea blanco de peleas o bullying ya que tendrá algunas herramientas para hacer frente de manera efectiva sus impulsos cuando estos surjan.
Adaptado de: About.com


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