La carencia afectiva es la falta de cuidados o de
atención y protección necesaria en la vida del niño que ocasiona distintas
consecuencias según la edad del niño.
Esta carencia puede ser debida a múltiples circunstancias
en las que se desatiende afectivamente al niño y las relaciones en las que se
interactúa con él.
Posibles
causas de las carencias afectivas
En la
sociedad que vivimos actualmente, con horarios nada adecuados para la
conciliación familiar, son muchos los niños que viven faltos del afecto
necesario para que su desarrollo sea correcto.
Hechos traumáticos como el abandono o el maltrato, o
menos traumáticos como en situaciones familiares en las que se da la separación
o el divorcio de los padres son factores externos que pueden desarrollar
una carencia afectiva en los niños.
Síntomas
de la carencia afectiva según la edad y sus consecuencias:
La carencia afectiva afecta a todas las edades,
culturas y clases sociales. La evolución de las personas que manifiestan este
síndrome depende en gran medida de la situación social en la que se
desarrollen.
El tema que nos ocupa es desde la primera infancia hasta
la adolescencia:
La
primera infancia
Son
aquellos niños que lloran para llamar la atención, sonríen poco y son más
propensos a contraer enfermedades infecciosas.
- Suelen aparecer problemas
digestivos como estreñimientos, entre otros, aunque pueden remitir
con el crecimiento.
En la
edad preescolar y escolar:
- El
niño presenta trastornos del lenguaje como pueden ser: problemas de
elocución, pobreza de vocabulario, dificultades gramaticales y sintácticas
(verbalización).
- En el plano lógico-matemático
suelen ser buenos.
En la
edad escolar:
- Muchos
niños presentan trastornos de aprendizaje, no porque no sea
inteligente, sino porque no consigue concentrarse al hacer las
pruebas (mentalización), por eso, estos niños tienen frecuentes
fracasos y su grado de autoestima comienza a caer.
- Sentimientos de desvalorización o baja autoestima: el niño niega su valía, se considera como un fracasado.
- El
niño duda de sí mismo en cuanto a despertar afecto o simpatía con
pensamientos como: nadie me quiere, no soy amable, lo que me ocurra no le
preocupa a nadie, por lo que tiene una importante inseguridad :
sentimiento de exclusión, de no estar en ningún lugar, de molestar o
estar de más.
Entre
la edad escolar y la pre-adolescencia:
- El
niño presenta trastornos de comportamiento, actitudes de inhibición,
de retraimiento, actitudes de oposición y de rebeldía, aunque
relativamente sociables y en ocasiones extrovertidos, sienten miedo a
sentirse rechazados en un grupo, por lo que tienden a integrarse a toda
costa. De aquí la importancia de las relaciones sociales en esta
etapa ya que determinará su conducta futura.
En
la adolescencia:
- Los
comportamientos extraños y los actos impulsivos son muy frecuentes
(hiperactividad).
- Son personas que se ilusionan fácilmente con lo que les proponen las personas mayores que él.
- No quieren responsabilidades y son rebeldes con las normas. En esta fase suelen aparecer las primeras adicciones como al alcohol, a las drogas, etc.
- Deseo
por buscar afectividad continuamente en alguien o algo que les
aumente la autoestima
Pequeñas
soluciones que marcan grandes diferencias
Si observamos que estos síntomas perduran en nuestros
pequeños, ante todo y rápidamente, debemos esforzarnos transmitiéndoles afecto
y cariño, hacerles sentir que son amados para que se desarrollen adecuadamente
en el plano afectivo, para no encontrarnos con personas egocéntricas, con
escasas habilidades sociales y dependientes emocionalmente cuando sean adultos.
Tomado de: Serpadres.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario